Odio... y relámpagos. Quiero mi tormenta. ¿Por qué no vuelves?
POR QUÉ.
Acaso tú lo sabes?
Me duele, siento el fuego quemar mi alma.
Arde y el dolor me impide respirar. Me ahogo entre humo y cenizas.
Quiero mi tormenta. Cuando ella llegue incendiará bosques sumidos en silenciosa furia.
Y luego el fuego se desvanecerá hasta que solo quede el frío pesar de la lluvia.
Y cuando acabe, mi piel será recorrida por el temblor espasmódico del hielo.
Pero se secará y la insensibilidad se posará con su piedad en mí.
Inerte y vacía.
Contemplando como un sol tímido y pálido asoma entre las sombras.
Tibio y reconfortante... Preparándome lentamente para un nuevo incendio.
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