Para aquellos con alma de escritor

sábado, 17 de diciembre de 2011

El tic tac abrumante que me envuelve y ahoga
Pensando en ti se me pasan las horas...

¿Cómo hacer si no te dejas ayudar?
Qué será lo que hice tan mal que no dejas que me acerque...
No te quedan argumentos, y en el fondo lo sabes.

Me tocó la peor parte...

Y encima debo entenderte y apoyarte?

No!

No lo entiendo. Ni hablar.

Soy yo quien debería rechazarte, olvidarte...
Alejarte, distanciarme...
Mientras te doy negativas y destrozo tus esperanzas
Quien te da la espalda mientras lloras...
Y de forma deliberadamente cruel
Fingir que sigo con mi vida...

Hacerte ver que ya no me importas...
Que me da igual tenerte o no.

Pero... soy demasiado ingenua para eso
Me hace falta más veneno en la sangre...

Y ahora recordando aquellos tiempos en que jugábamos
a discutir quién de los dos amaba más al otro,
Sé que solo yo hablaba en serio...

Así que me limito a observar en silencio cómo te hundes.
Desesperada y callada suplico que, llegado el momento...

...te sepas levantar.

martes, 13 de diciembre de 2011

Porque nada tiene sentido cuando la brújula se trastorna...
Siento perdido todo el tiempo y no sé cómo encontrarlo.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Me robas las sonrisas
Me pierdo en esas miradas
Me quedo sin palabras...


Solo con un susurro puedes calmar un tornado
Cada vez que te pienso creo haberte soñado


El mundo a tu lado
Se vuelve sencillo, se torna cálido


Acostumbrada a lo pálido, a lo gélido
Quemas todos mis sentidos


Tú impulsas mis latidos, solo con tu tacto
Juntos podríamos incendiar el Cielo y helar el Infierno
Pero es un secreto, nuestro silencioso pacto


No me importa si está bien o mal,
Tan solo déjame entretenerme entre tus labios..
El más tentador de los pecados


Y quedarme con tu perfume...
Para conservarlo si el tiempo rompe el lazo que nos une

sábado, 22 de octubre de 2011

Me recuesto en mi cama...
Donde tantas veces dormimos abrazados...
Siento que casi puedo tocarte
Tu aliento en mi cuello, nuestros cuerpos entrelazados...

El sol se apaga
La Luna se queda sola
Entonan lánguidos lamentos
Los campos de amapolas

Caen mis párpados al compás
en que mi corazón se resquiebra 
Puedo ver tus ojos negros
Contemplando la sombría niebla

Soledad infinita...
Márchate, y déjame reposar en este Invierno
El hielo cubre mis pestañas
Mientras el dolor se hace eterno

No estás aquí, sin embargo
Todas son lúgubres pesadillas
Cuán reales se tornan día tras día
Estoy perdida en el tiempo de este silencio amargo.

Gritaría tu nombre mil veces a la tempestad
Y aun así nadie me oiría..
Has decidido no regresar
Pero te esperaré mientras muero en esta tierra baldía

El gélido sabor que deja tu ausencia
Es algo que no puedo olvidar
Persiste en quedarse conmigo, como tu presencia
Mas es lo último que puedo amar.

Solo me queda susurrarle al viento
Que cuando te encuentre te diga esto:

Siempre estaré en tu corazón,
cuando me quieras encontrar, 
Escucha aquella canción,
Lee aquel viejo poema,
Yo ya no estoy viva... 
Pero no dejo de estar cerca
Porque tú eres el único a quien amo,
Y aunque me hayas dejado en el pasado
Mi corazón sigue siendo tuyo
Y reposará en el féretro de tu memoria
Enterrado junto a las rosas negras
Que sangran, pero no se marchitan.
Pues el viento se las lleva.







martes, 30 de agosto de 2011

sábado, 1 de enero de 2011

Extravagancias inentendibles...

Mi último gran sueño...


Me encontraba en una sala iluminada por un techo abierto. Era una sala antigua, y yo vestía como en otra era. Arena y tierra, así puedo definirlo. A  la derecha había un anciano mago, que me observaba con suspicacia. Y entonces me enfrenté a una chica, con aspecto de guerrera que había cogido una espada y estaba dispuesta matarme. Me deslicé detrás de una columna y no dudé en descolgar las armas de ellas. Pero eran muy pesadas. Dos dagas eran difíciles de sostener. Sin embargo al acercarme me di cuenta de que yo no sabía luchar, la chica echó a reír. Entonces, "cobardemente" le lancé un daga que la hirió en el costado izquierdo y la otra le rozó la mejilla. 
Herida, se tambaleó y se convirtió en mi perra Raiza, que murió hace dos años. Mi perra había nacido el mismo día que yo. No podía entender bien que hacía ahí, pero estaba herida. De repente estaba en el salón de mi casa, y llevaba en brazos al animalito. Lo dejé en el sillón rojo y empecé a curarle las heridas...