Para aquellos con alma de escritor

sábado, 1 de enero de 2011

Extravagancias inentendibles...

Mi último gran sueño...


Me encontraba en una sala iluminada por un techo abierto. Era una sala antigua, y yo vestía como en otra era. Arena y tierra, así puedo definirlo. A  la derecha había un anciano mago, que me observaba con suspicacia. Y entonces me enfrenté a una chica, con aspecto de guerrera que había cogido una espada y estaba dispuesta matarme. Me deslicé detrás de una columna y no dudé en descolgar las armas de ellas. Pero eran muy pesadas. Dos dagas eran difíciles de sostener. Sin embargo al acercarme me di cuenta de que yo no sabía luchar, la chica echó a reír. Entonces, "cobardemente" le lancé un daga que la hirió en el costado izquierdo y la otra le rozó la mejilla. 
Herida, se tambaleó y se convirtió en mi perra Raiza, que murió hace dos años. Mi perra había nacido el mismo día que yo. No podía entender bien que hacía ahí, pero estaba herida. De repente estaba en el salón de mi casa, y llevaba en brazos al animalito. Lo dejé en el sillón rojo y empecé a curarle las heridas...